La Bahía de Panamá es una de las más insalubres del mundo. Diariamente el problema se agrava por la inexistencia de un sistema de tratamientos de aguas crudas residuales, las cuales se vierten a lo largo y ancho de la costa Pacífico de la capital, sin ningún proceso de tratamiento.
Estudios contenidos en el Plan Maestro para el Saneamiento de la Ciudad y Bahía de Panamá destacan que cerca del 50% de las aguas residuales de la ciudad son vertidas sin tratamiento en el Río Mataznillo y sus afluentes hasta llegar al mar.
Sin embargo, este grave problema de contaminación ambiental podría llegar a su fin con la implementación de un plan de saneamiento, cuyo costo asciende a B/.322.1 millones.
El millonario proyecto sería financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el gobierno panameño y el gobierno de Japón.
El ingeniero Francisco Castro, miembro de la comisión para el Saneamiento de la Bahía de Panamá, manifestó que el plan tiene un cronograma de ejecución para iniciar en el año 2005 y su culminación se estima a mediados del 2013.
Castro manifestó, durante la jornada académica de la Dirección de Asesoría de Asamblea Legislativa, que las estimaciones económicas del proyecto contempla que el gobierno asuma la responsabilidad de aportar unos B/.36 millones en los nueve años de ejecución de la obra.
Sostuvo que dentro del renglón de financiamiento, las autoridades del gobierno esperan la visita en el mes de abril de un comité de crédito del BID, que autorizaría el desembolso de los fondos.
En términos comparativos, el ingeniero sanitario expresó que el saneamiento de la Bahía de Panamá podría ser un proyecto más importante de realizar, incluso que el programa de ampliación del Canal.
Castro señaló que los primeros estudios de factibilidad para iniciar el saneamiento de la Bahía iniciaron con la revisión de todos los planos de la red de alcantarillados de la ciudad de Panamá, San Miguelito, Arraiján y Tocumen.
Indicó que este plan maestro está compuesto por la construcción e incorporación de tres plantas procesadoras de aguas servidas, que estarían construidas con la adquisición de préstamos blandos aportados por Japón y el BID.
Dentro de los aspectos técnicos del plan de saneamiento, Castro detalló que se procedería a la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales en el corregimiento de Juan Díaz, cuya capacidad de procesamiento descontaminante sería de 102 millones de galones diarios.
La construcción de esta planta involucra la inversión de aproximadamente B/.150 millones y su vida útil se estima en 20 años.
Esta instalación trataría químicamente las aguas residuales provenientes de 17 corregimientos del distrito de Panamá, de 9 corregimientos en el distrito de San Miguelito y las del sector de Veracruz, en el distrito de Arraiján.
La Bahía de Panamá presenta elevados niveles de contaminación, a tal punto, que desde 1991 la Alcaldía capital emitió un decreto en el que prohíbe bañarse en las playas de la ciudad.
La Bahía de Panamá recibe gran cantidad de contaminantes de los ríos que allí desembocan, que según el Departamento de Control y Calidad Ambiental de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), presentan elevados niveles de contaminación.
Entre los químicos más comunes que se vierten a la bahía están el cromo, mercurio, cobre, plomo, ácidos, fósforo, entre otros, sin obviar los desperdicios orgánicos que igualmente llegan a esta ensenada, convirtiéndola en un gigantesco y fétido depósito de desperdicios.
Bañarse en estas aguas expone al bañista a un sinnúmero de enfermedades de la piel y de tipo intestinal. Entre los padecimientos dérmicos figuran la sarna, impétigo (infección de los poros), infecciones y contaminaciones generales en la piel.
Otros males son las enfermedades intestinales,; entre las dolencias destacan la hepatitis, salmonella, meningitis, diarreas y enfermedades gastrointestinales en general.
