Funcionarios de la Autoridad Nacional del Ambiente procedieron el pasado jueves a la inspección de las piscinas de oxidación de la Isla Colón, en la provincia de Bocas del Toro, para comprobar el peligro que representan para la fauna y la salud de la población.
Se trata de dos enormes piscinas situadas en la parte posterior del aeropuerto del lugar y donde se depositan miles de litros cúbicos de aguas negras.
Los muros con el transcurrir de los años se han hecho débil permitiendo la filtración de las aguas que van directamente hacia el ecosistema de los alrededores que incluyen manglares, especies de animales y hasta residencias.
El nivel está bastante alto y el desborde de estas significaría un desastre ecológico y para la salud de los habitantes, afirmó Hugo Bins, director regional de la Autoridad Nacional del Ambiente.
Se puede observar lo frágil del muro. También se pudo comprobar que muchas personas que han instalados pequeñas viviendas al rededor han talado gran parte de los manglares lo que contribuye al debilitamiento del soporte natural.
Esta situación podría generar consecuencias fatales para las especies pero en especial para las personas que habitan en cerca.
En ese sentido, Bins insistió que deben involucrarse otras autoridades como las municipales y Ministerio de Salud entre otras, para que juntos logren solucionar el grave problema; mientras tanto se ha conocida que se siguen adjudicando lotes en los alrededores y no se hacen las inspecciones sanitarias del caso.
Muchos que viven entre los manglares consumen algunas especies de cangrejos y peces del lugar, hecho sumamente preocupante.
