Siempre escuchamos el comentario de que en mis tiempos era mejor o esto no sucedía en mi tiempo. Estas frases las escuchamos con frecuencia. En ocasiones caen mal, no soportamos a la persona que la dice o incluso, nos llegamos a reír, pues sentimos que están desfazados y que los tiempos han cambiado. Pero hoy, que sentimos un sinsabor cuando nos despertamos con noticias donde se resalta con grandes titulares la inseguridad que vive el país, le doy gracias a Dios por los padres de tuve, pues siento que la familia juega un rol importantísimo como núcleo de la sociedad.
Recuerdo a mi padre, las directrices que nos daba. Cuando nos matriculó en la escuela, él no tenía reparo cuando decía: "van para el Instituto Nacional, pues es la escuela más cerca", ahh, pero también nos advertía, "Ay de que los vea en una manifestación, que allí mismo los voy a buscar", "ustedes van a estudiar".
Mi madre, siempre pendiente de la casa y de nuestras necesidades. Ingreso a la fuerza laboral cuando mi hermana menor tenía doce años, pues había que ayudar económicamente en la casa. Pero ese tiempo que compartió con nosotros en casa, fue suficiente para darnos ejemplos de calidad.
En la semana, durante los cinco días de clases, en casa, un hermano le explicaba a otro; los fines de semana salíamos con ambos a jugar al parque Santa Ana y a visitar a familiares. Así eran los padres de antes. Cómo los extraño. Hoy día todo es diferente, los hijos salen solos; los padres prefieren compartir con sus amistades y libar licor mientras sus hijos ven esos ejemplos y quién sabe qué más. Los hijos llevan droga y hasta armas a sus casas con la complicidad de sus padres. Todas estas situaciones son elementos que han coadyuvado a la desintegración familiar y al clima de inseguridad que hoy vivimos. �Cómo extraño los padres de antes!
