Al aproximarse el nuevo año 2006, debemos tener bien precisados nuestros propósitos personales y dedicar a su consecución todos los esfuerzos posibles. Para concretar todos esos planes primero debemos tener en cuenta algunos factores de carácter general con relación al país que todos anhelamos.
La sociedad, el gobierno, los empresarios y todos los sectores que participan en la realidad nacional deben consolidar intereses, establecer como una constante la estrategia del diálogo, para alcanzar el éxito en sus diversas esferas. Pero ante todo es sustancial contemplar algunos puntos de importancia.
Deben incorporarse elementos de la modernidad a la educación, la salud, el transporte y la seguridad para poder incursionar de lleno en este segundo lustro del siglo veintiuno con opciones favorables ante los vertiginosos cambios que se dan en todo el mundo.
También deben estimularse las inversiones extranjeras en nuestro territorio, con todo el apoyo de la seguridad jurídica para que este incremento de confianza en el país redunde en beneficios de la población, aquejada por el desempleo, por la falta de recursos, generalmente génesis de la delincuencia.
La educación debe ser renovada a través del establecimiento de programas que incluyan la enseñanza del inglés, la informática y el Internet, el turismo, el medio ambiente, los recursos marinos, en los cuales se encuentren incorporadas disciplinas que permitan a la juventud panameña tener mayores y mejores posibilidades incursionar en los nuevos modelos laborales.
La seguridad ciudadana debe estar apoyada por una Fuerza Pública renovada, tecnológicamente facultada para la prevención y la represión del delito.
La familia debe ser el punto medular de cualquier proyecto de desarrollo y cada uno de sus miembros debe ser un potencial recurso de crecimiento y de expansión.
Todos en conjunto debemos realizar los aportes necesarios, desde nuestra trinchera y atizar ese fuego interior para alcanzar la cima de la igualdad, teniendo como principio esencial al ser humano.
Aspirar a esto no debe ser una utopía, una fantasía o un sueño descabellado. Tenemos los recursos humanos, espirituales y sobre todo la voluntad para darle a la sociedad toda, una semilla fructífera de ciudadanos comprometidos con la justicia, la igualdad, el derecho y la democracia y un futuro luminoso. Por todo lo anterior, queremos expresar nuestro deseo de bienestar y esperanza a todo el pueblo panameño.
¡FELIZ AÑO NUEVO!