Las advertencias nunca son tomadas en cuenta. A pesar que desde el mes de noviembre de este año se hablaba de descertificación de Panamá como país protector de tortugas, nunca se tomaron los correctivos. Ahora, las consecuencias son más graves de lo que se imaginaba: Estados Unidos restringirá dentro de unos días las importaciones de camarones provenientes de nuestro país.
Para todos los países del mundo, los asuntos ecológicos toman cada día mayor prioridad en las políticas de Estado. Hay que destacar que es positivo que la humanidad haya abierto los ojos para proteger por fin nuestro medio ambiente, lo lamentable es que la Autoridad Nacional del Ambiente y la Autoridad Marítima de Panamá no hayan conjugado esfuerzos para detectar a tiempo el no uso del dispositivo excluyente de tortugas, el cual evita que estos animales queden atrapados en las redes de pesca.
Aunque el embajador de Panamá en Washington, Federico Humbert, ya informó que la situación podría remediarse inmediatamente, todo dependerá de una segunda revisión por parte de supervisores estadounidenses quienes tendrán que certificar si en efecto se cumple o no, mientras tanto la industria del camarón se verá afectada y dejará de percibir por un año 45 millones de balboas (si no se soluciona a tiempo), que es lo que se calcula en exportación hacia ese país, el mayor cliente de Panamá de productos marinos.
El 5 de enero es la fecha clave. Al menos así lo ha hecho saber Estados Unidos, pues, a partir de ese día, se prohibirán las importaciones de mar provenientes de Panamá. De ahí en adelante todo dependerá de las gestiones logradas por las autoridades nacionales.
Ojalá el nuevo que año viene, el 2005, la industria marítima inicie con buen pie, dejando de lado una crisis que debe quedar para la historia, solo como un ejemplo de lo que no debemos hacer.