De cuatro jamaicanos, supuestos turistas, uno era diferente: tenía la correa más cara del mundo porque la tenía rellena con cocaína.
Los sujetos, que arribaron por la Costa Arriba de Colón, viajaban en un auto rentado cerca del Colegio José Guardia Vega cuando fueron vistos por la ronda motorizada.
La actitud sospechosa de los sujetos obligó a los policías a perseguirlos. Al darles alcance en Calle Primera del Paseo de Washington y revisarlos, uno de ellos tenía el cinturón con la droga referida.
El sujeto había cosido el cinturón y le había untado café para despistar el olor de la droga.
Sin embargo, el plan les falló.
Se investiga a profundidad el suceso.