Algunos panameños recuerdan como si fuera ayer el sonido de las metrallas y la bombas que caían el 20 de diciembre de 1989 sobre el cuartel central de las Fuerzas de Defensa. Son 15 años vividos sin régimen militar. Muchos tienen una historia diferente que contar, pero la gran mayoría ha sabido saborear la democracia, un estado de derecho que ha sido muy costoso reconquistar.
La invasión norteamericana hace recordar muchas cosas: muertos, dictadura, saqueos, caos, toque de queda, en fin, un sinnúmero de situaciones vividas por todos los panameños vistas desde el prisma familiar.
No hay que negar que haber recuperado la libertad tuvo un costo de vidas muy importante, cifra que desafortunadamente aún se mantiene en un verdadero secreto. Tampoco hay que negar que, en ese período histórico, los nacionales han escogido a tres presidentes de manera democrática, coincidentalmente promoviendo la alternabilidad del poder político.
Diciembre de 1989 se convirtió en el mes cero. Hubo que fortalecer las estructuras de una democracia incipiente que a penas abría sus ojos y que hoy puede ver con claridad un panorama lleno de progreso, pintado con el esfuerzo de todos los panameños que aprietan con el puño una nación llamada Panamá.
Diciembre del año 2004 debe ser el mes clave para seguir adelante. Las acciones de progreso no deben detenerse en el camino, pues, así como las manecillas les dan vuelta al reloj, los que queremos este país debemos estar consciente que nuestro andar debe enfocarse en el bienestar común de un pueblo..
Fragmentos fugaces de tristeza y alegría pasarán por la mente de todos cuando la diapositiva de la memoria nos proyecte la historia personal vivida aquel 20 diciembre, pero debemos ser fuertes para seguir adelante.