Hoy el santoral católico festeja en todo el mundo a San Urbano, Santo que se destacó por su labor como Sumo Pontífice durante las época más difíciles de la iglesia Católica. Nació en Languedoc, Francia, en 1310. Fue superior de los principales conventos de su comunidad y como tenía especiales cualidades para la diplomacia los Sumos Pontífices que vivieron en Avignon lo emplearon como Nuncio o embajador en varias partes.
En sólo un día fue consagrado obispo, y coronado como Papa. Entre todos los Papas que vivieron en Avignon el más santo fue San Urbano V. Escogió el nombre de Urbano, explicando que le agradaba ese nombre porque todos los Papas que lo habían llevado habían sido santos.
Como Sumo Pontífice se propuso acabar con muchos abusos que existían en ese entonces. Quitó los lujos de su palacio y de sus colaboradores. Se preocupó por obtener que el grupo de sus empleados en la Corte Pontificia fuera un verdadero modelo de vida cristiana.
Entregó los principales cargos eclesiásticos a personas de reconocida virtud y luchó fuertemente para acabar con las malas costumbres de la gente.
Al mismo tiempo trabajó seriamente para elevar el nivel cultural del pueblo y fundó una academia para enseñar medicina.
Urbano V con sus grandes cualidades de organizador, emprendió la empresa de reconstruir los monumentos y edificios religiosos de Roma.
Estableció su residencia en el Vaticano y pronto gran cantidad de obreros y artistas estaban trabajando en la reconstrucción de la capital.