Las aguas del río Grijalva, el segundo más caudaloso de México, volvieron ayer a fluir en el sur de México al ser retirado un tapón natural que cortó su cauce el 4 de noviembre.
En la operación, que consiste en el trasvase del agua a través de un canal de 800 metros de largo, se corre el riesgo de nuevos deslizamientos de tierra e inundaciones en los estados de Chiapas y Tabasco, donde fueron evacuadas unas 11.500 personas.