El pelotero Carlos Lee también fue testigo de la tristeza que embargaba ayer a todo el pueblo de Aguadulce y a la nación entera.
Con la humildad de siempre, el rostro afligido, llegaba el grandes ligas Carlos Lee al Estadio Municipal de Softbol de Aguadulce para dar sus condolencias a los familiares de aquellos hombres a los que la tragedia, invitada indeseada, les cortó la vida el día sábado, cuando apenas comenzaba el torneo nacional de softbol estatal.
Lee, a quien no le salían las palabras, era compadre de Pablo Pinilla, jardinero de la novena de la Caja de Seguro Social de Aguadulce.
"Casi todos los muchachos, incluyendo a mi hermano, defendieron los colores de la provincia, unos jugando al softbol, otros al béisbol", declaró el doctor Javier Pinillla.
Entre los fallecidos, Juan Sánchez, quien con 27 años de edad era el que más joven del equipo, fue uno de los que más lució los colores de su natal Coclé, provincia a la que representó en las categorías juvenil y mayor.
"Él era muy querido por la gente, siempre andaba riéndose, ya que no tenía mala cara para nadie", contó Carlos Sánchez, tío de Juan.
Carlos Sáenz, director técnico del equipo, destacó que sus dirigidos eran "hombres de bien, disfrutaban y se divertían con cada partido".
Sáenz jamás olvidará sus últimas instrucciones: "Venía el doctor Arrue, uno de los mejores lanzadores de la bola suave local, yo les dije que salieran y lo enfrentarán como a cualquier otro lanzador".
DESCANSEN EN PAZ
Crítica lamenta la irreparable pérdida de estas figuras del softbol.