Con la reelección de Miguel Sanchiz, saltan a la memoria el año 2010 del baloncesto nacional.
Este año el baloncesto ocupa una de las peores posiciones, tanto así que dejó una estela de duda y derrotas, que su resumen anual es corto y triste.
El primer error, del presidente reelecto, fue no llevar acabo un torneo superior de baloncesto. No puede ser que en un país de baloncesto, los mejores jugadores jueguen en ligas de barrios.
En los Juegos Centroamericanos, Panamá no pudo ganar la medalla de oro, a pesar de ser país sede, al caer contra Nicaragua. Luego de esta derrota, se pedía la renuncia de los dirigentes del baloncesto, cosa que nunca pasó por que se reeligieron el sábado pasado, a pesar que este año no han hecho nada por el deporte, que tienen destinado para desarrollar.
En las olimpiadas juveniles, con un equipo de tres contra tres, la delegación panameña no llegó a ganar un choque.
Para sumar a las derrotas, en Panamá se hace la Liga de las Américas de Baloncesto, haciendo otro ridículo internacional, al no conseguir un sólo partido.
La decepción creció más cuando se consiguió la plaza para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero al final la federación decidió no asistir.
Uno de los pocos momentos atesorables del baloncesto en el 2010 fue la medalla de oro del baloncesto femenino en los Centroamericanos. Además de conseguir una plaza para el preolímpico 2011, que está incertidumbre, por los problemas del COP.