Por encima de todo lo que está pasando, el futuro de muchos atletas olímpicos está en peligro por la testarudez de un grupo de dirigentes.
El 13 de enero, en Suiza, se dará la asamblea del Comité Olímpico Internacional (COI) y la vida de nuestro Comité Olímpico Nacional está conectada a una máquina respiratoria que, por los vientos de guerra que soplan, es posible que el COI nos la desconecte y nos dé por muertos.
La actitud retadora de Miguel Sanchiz ha cambiado el rumbo de todas las negociaciones. Las elecciones de la Federación Panameña de Baloncesto (FEPABA) pueden ser el detonante de una nueva ruptura entre el Comité Olímpico de Panamá y Pandeportes.
Nadie habla. El código del silencio, pedido por Mario Vázquez Raña, ha sido llevado a la perfección por los protagonistas de la reunión en México. Pero el silencio hace ruido y lleva a pensar que no hay solución concreta en el problema.
La única que ha roto el código del silencio ha sido la ministra de Educación, Lucy Molinar, que la semana pasada hizo un llamado a llegar a un acuerdo.
Sus palabras textuales fueron: "O se ponen de acuerdo y se arreglan, o tendremos que crear otro camino distinto al de ellos".
Más preocupante es la parsimonia de la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), que no ha mandado un "mail" para pronunciarse acerca de la asamblea del Comité Olímpico de Panamá, reconocido por las leyes panameñas.