Como cada año, la versión No.24 de la Teletón 20-30 cumplió su cometido, a pesar de la ambiciosa meta de 3 millones 292, 030 balboas que se había impuesto al iniciar la noche del viernes esa tradicional vigilia de amor.
Desde la noche del viernes inició un derroche de talentos artísticos; de empresas panameñas y colonias extranjeras, así como del ciudadano común que con su granito de arena ayudaron a una noble causa.
La Teletón 20-30 este año tuvo como niño símbolo a Elián Williams, quien tiene 9 años y padece de parálisis psicomotora.
La campaña de solidaridad de este proyecto de unidad nacional tuvo como lema "Que done mi gente" y buscaba fondos para ampliar y equipar las salas de odontopediatría y de operaciones de retina del Hospital del Niño.
Nuevamente el espíritu navideño de compartir sin mezquindad se impuso.
Fue además la oportunidad para inculcar en la familia, sobre todo en los más pequeños, los valores humanos como solidaridad, humildad, compasión y sobre todo, el amor hacia el prójimo, resaltando que aunque la cantidad de la donación es importante, el sentimiento que la mueve es aún mayor no importa lo mínima que sea.
Hay que reconocer la ardua labor que realizó la organización de la Teletón que por muchos años se ha dedicado a recolectar fondos construyendo y organizando diversos proyectos para canalizarlos en beneficio de la niñez. Panamá nuevamente cumplió con su compromiso de solidaridad y ojalá en otras grandes obras que el país requiera, se logre similar grado de unión entre todos los que habitan el país.