Antes que nos dejemos enredar por tantos tranques y los desafortunados estreses de fin de año, tengamos sobre todo en cuenta que es la época de Navidad, cuando conmemoramos el acontecimiento más significativo desde que el Señor dio inicio a la creación del universo: Nació entre nosotros, como nosotros y para la salvación de todos, el Niño Dios.
Nació en un pesebre y creció demostrando siempre absoluta falta de necesidad o ambición por cosas materiales que ciegan a muchos, pero con una riqueza espiritual insuperable; nos enseñó con el ejemplo la diferencia e importancia del buen sentido sobre el sentido común, lo bueno sobre lo malo, el egoísmo sobre la benevolencia, la compasión sobre la indolencia, la caridad sobre la avaricia; la verdad sobre la mentira, la humildad sobre la soberbia; la honestidad sobre la deshonestidad; la gratitud sobre la ingratitud; la virtud y la moral sobre el vacío espiritual. Predicó un mensaje de Paz y Amor, quedando a la raza humana la tarea de encontrar el verdadero significado y sentido de la vida, actuando diariamente en forma consecuente, y cumpliendo cada cual a cabalidad su misión en la vida terrenal.
Sin importar la religión con la cual estemos identificados, Dios es uno sólo, la verdad es una sola, y en nosotros está el reconocerla, aceptarla y apreciarla como tal. Aun aquellos que nieguen a Cristo como El hijo del Dios Único, no pueden negar el paso sobre la tierra de quien dijo serlo, ni de su actitud hacia la vida o los mensajes que predicó, pues así lo registra la historia, y los que rechazan la existencia de un Ser Supremo, en realidad no han podido y nunca podrán probar Su inexistencia, pues ello equivaldría a un imposible, que es negarse a sí mismos y a todo lo que les rodea.
Todos somos poseedores de una luz interna que, dejando a un lado cualquier prejuicio, ha de hacemos palpar sin injerencias externas de naturaleza alguna el esplendor de la verdad única, y habremos de reconocer como infalible a ese habitante de la tierra de que da cuenta la historia, así como irrefutables sus planteamientos y puro su mensaje.