Con tan solo 27 años, Alex Rubén Waldron Sánchez, ganador del reality Quiero ser Chef, ha llevado una vida llena de lucha y valor.
Desde pequeño su padre, Ricardo Octavio Waldron, le inculcó el amor por la cocina. "Ven para que nadie te eche cuento", le decía a su hijo cuando cocinaba el plato favorito de su pequeño Alex: "Picadillo de puerco".
"En ese momento, yo no quería saber nada de eso, porque en mi niñez, decía que eso era de mujeres, pero aún así, siempre estaba pendiente de cómo picaba las cosas y hacía la comida", asegura el cocinero.
Al llegar a la adolescencia se despegó un poco del sartén y el delantal, pero hace algunos meses su madre le cocinó un arroz con costillitas de puerco y le pidió a su madre que le escribiera la receta para prepararla él en casa. "Como siempre ando inventando cambié la receta y le eché otros ingredientes. Al final me arrepentí y le mandé el puerco preparado para que mi madre lo terminara. Al día siguiente, doña Celinda (madre del chef), lo llamó y le dijo "Tú me superaste hiciste la receta mejor que yo. Tú tienes el arte culinario". Estas palabras llegaron y se cifraron en la mente de Alex hasta el punto que se dedicó al negocio de la venta de empanadas.
Residente en la barriada Santa Eduvige en Mañanitas, este chico vivió gran parte de su infancia en Carrasquilla, luego pasó a formar parte de los residentes de San Isidro y al encontrar pareja vivió en Pedregal.
Este chico es todo un luchador, aunque solo llegó hasta el cuarto año de la nocturna laboral comercial, este chico ha trabajado en todo tipo de empleo. Chapistero, seguridad, pulidor, pegando baldosas y hasta pintando, todo por salir adelante junto a su familia.
PASOS AL EXITO
"En mi casa ni siquiera se podía ver canal 2, fue una vecina la que me informó que podía mandar una carta con mis inquietudes de por qué quería ser chef" afirma el talentoso chico.
Después de una conversación con Dios, Alex escribió la carta y la llevó personalmente. Después de unos días lo llamaron para informales que había sido uno de los 6 escogidos de un grupo de 300 participantes, para cumplir sus sueños de ser el mejor cocinero. En su pensamiento siempre estuvo el objetivo de conseguir el primer lugar.
Sus máximos seguidores son sus hijos quienes le dicen "Tú eres el cocinero más pretty del mundo y cuando sea grande quiero ser chef". "Es muy bonito que mis hijos me vean como un buen ejemplo en su vida y que sea una inspiración para ellos", asegura el artista del cuchillo y los alimentos.
Su próximo reto es llevar a cabo un negocio con los seis participantes.