Luego de la invasión militar del 20 de diciembre de 1989, los panameños tuvimos la oportunidad de establecer el modelo de sociedad en el que queríamos vivir y de robustecer las instituciones democráticas. Sin embargo, de ese acontecimiento hemos heredado tan solo exclusión y selectividad.
En declaraciones hechas a los medios de comunicación, uno de los dirigentes médicos en huelga afirmó que su movimiento está permitido porque la ley así lo establece y agregó que todo lo que permitan las normas legales puede llevarse a cabo.
La mayoría de los panameños no estamos protegidos por leyes especiales, convenciones colectivas, autonomías como sí lo están los hijos de Hipócrates. En vez de eso, son notorios el tráfico de influencias y la impunidad.
Se nos mostró hasta la saciedad los crímenes y desapariciones ocurridas durante los 21 años de la dictadura militar, pero al recuperar el estilo democrático de gobierno, las estadísticas nos ofrecen cifras alarmantes de muertes violentas, terrorismo intrafamiliar y otros atropellos.
¿Acaso la Corte Suprema de Justicia de hoy funciona mejor que la de la época de los militares? ¿Se desenvuelve mejor la Policía Técnica Judicial que el antiguo Departamento Nacional de Investigaciones (DENI)? ¿Es la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia más eficiente que la Oficina de Control de Precios?
Empero, existen asuntos mucho más preocupantes. Por ejemplo, el avance de la anarquía. Se da un diálogo nacional que toma varios meses y en este proceso el sistema de salud ha sido uno de los puntos neurálgicos de la agenda. Los médicos se retiraron y al poco tiempo se lograron acuerdos importantes que ahora los galenos pretenden desconocer.
Rechazar lo acordado en la mesa de Salud, sería volver a caminar por senderos del pasado, poniendo en peligro todo el sistema que no encuentra la manera de empinarse sobre el libertinaje y los malos manejos.
Los gobiernos de nuestro país deben aprender de la experiencia sudamericana, donde el referendo es la herramienta principal de consulta. En esta línea de pensamiento sería interesante que el panameño pudiera emitir su opinión sobre la huelga médica, los embotellamientos vehiculares, el transporte colectivo y selectivo y otros serios problemas que nos aquejan.
A estas alturas nos preguntamos si la huelga de los médicos es legal o no. Esta acción intransigente podría comprometer los recursos de los dueños de la Caja de Seguro Social que son los trabajadores y los patronos y ponerla al borde de un abismo.
