Hay una práctica absolutamente imprescindible en la práctica del periodismo, que es la de verificar las fuentes de información. Esto significa que un reportero no puede basar una noticia que escribe basándose en una sola fuente.
Si alguien te dice algo, como periodista estás obligado a buscar la parte contraria, y también a una tercera fuente. La finalidad de esto es constatar que lo que uno publique sea verdadero.
Muchos periodistas, presionados por el tiempo, la competencia con otros medios, o por pura pereza mental, fallan en practica la verificación de su información. En otras ocasiones, menos frecuentes, pero que definitivamente se dan, se trata de que el periodista se ha vendido a un interés en particular.
Es aquí donde nos dirigimos a los lectores, ya que estos deben aplicar ese mismo escepticismo ante las noticias que leen, miran y escuchan. Con mucha más razón, también hay que ser escépticos ante cualquier rumor que nos dicen al oído.
No podemos creernos todo lo que nos dicen a la primera, y darlo como cierto, ya que nunca sabemos las intenciones de quienes nos hablan. Otra razón más para desconfiar siempre: ¿Recuerdan el juego del telefonito? Cuando un rumor va de boca en boca, lo que llega a nuestros oídos es totalmente diferente a como comenzó.
¿Qué hacer cuando nos dicen al oído algún bochinche que nos afecta? Preguntarle a nuestro interlocutor sobre dónde obtuvo esa información, y luego confrontar esa información con otras fuentes, porque en esta vida hay mucha gente que nos quiere hacer dar un patinazo.
Nosotros en los medios de comunicación, tenemos que confrontar a este tipo de desinformadores todos los días, y por ser demasiado ingenuos o perezosos, somos los que quedamos mal ante el lector. No quede mal usted.