El Manchester United, con un tanto del español Piqué y un buen número de jugadores menores de veinte años en sus filas, se llevó un justo empate en su visita al Roma (1-1), en un partido que resultó atractivo, pese a que uno y otro ya no se jugaba casi nada.
Roma y Manchester United se jugaban muy poco, sólo el honor y los 600.000 euros destinados al ganador del partido.
No es de extrañar, pues que en el estadio "Olímpico" hubiera poco público y que, uno y otro equipo, pusieran en liza las anunciadas "segundas líneas"; es decir, los suplentes. Mucho más acentuado en un Manchester repleto de jugadores de su segundo equipo.