La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) deberá anunciar en febrero próximo los aspectos relativos a la construcción del tercer juego de esclusas, para permitir el paso de los gigantes barcos portacontenedores conocidos como PostPanamax.
Ya se han realizado hasta tres estudios de costos y de riesgos para que cuando el proyecto sea presentado a la ciudadanía panameña se conozca cuánto dinero se destinará a ese proyecto.
Las sumas oscilan entre 5,000 y 8,000 millones de dólares. La opción escogida por la ACP es que sean los usuarios los que financien la obra con un sobrecosto en las tarifas que se cobran a los 13 mil barcos que cada año transitan por la vía acuática.
La ampliación del Canal debe ser sometida a una consulta popular para que sean los panameños los que decidan si quieren o no que se desarrolle ese proyecto.
Es probable que algunos países usuarios del Canal levanten su voz de protesta para rechazar el sobrecosto, pero Panamá está ofreciendo su posición estratégica al comercio mundial y es de justicia que los que se beneficiarán de esa obra, cubran dicha inversión.
Además hay una realidad, cualquier sobrecosto que imponga el Canal es una cifra ínfima por cada contenedor que transporten los barcos que pasan por la vía acuática. Mientras las navieras cobran más de 2,000 dólares por contenedor, el Canal recibe una cifra que no llega ni a cincuenta dólares.
Es probable que en el 2006 se decida iniciar las obras y que los trabajos se completen en el año 2013. Ojalá que cuando el tema sea sometido a la consulta popular se analice los bondades y los aspectos negativos del proyecto y no sea una decisión donde se pretenda evaluar la gestión buena o mal del actual gobierno, porque sencillamente son dos cosas diferentes.