Desde los tiempos del coclesano Juan Berenguer (1970), cuando jugaba en la pelota juvenil panameña, una gran cantidad de jugadores han saltado de la fiesta beisbolera nacional al mejor béisbol del mundo: las Grandes Ligas.
La pelota de 16 a 18 años de edad ha sido y será de los eventos más importantes del deporte criollo. Aquí se forjan los mejores talentos, los que en el futuro usarán la camiseta de los Mets de Nueva York o las de los famosos Mulos del Bronx, los llamados Yankees o Bombarderos.
Desde Berenguer, que jugó con Coclé, pasando por Roberto Kelly (Metro), Enrique Burgos (Oeste), Carlos Maldonado (Metro), Fernando Ramsey (Colón), Ramiro Mendoza (Los Santos), Olmedo Sáenz (Herrera), Manny Barrios (Oeste), Sherman Obando (Bocas), Orlando Miller (Bocas), Mariano Rivera (Oeste), Rubén Rivera (Oeste), Einar Díaz (Chiriquí), Julio Mosquera (Metro), José Macías (Metro), Carlos Lee (Coclé), Rafael Medina (Metro) Bruce Chen (Metro), Fernando Seguignol (Bocas), Roger Deago (Herrera), Ángel Chávez (Occidente), Carlos Ruiz (Chiriquí), Manny Corpas (Metro), Manny Acosta (Colón), Luis Durango (Metro) y Rubén Tejada (Veraguas), todos han jugado primero en el juvenil y luego en las mayores.
Pero aquella vitrina de oro, esa de cristal irrompible, ha sufrido el mayor de sus atentados, cuando Rubén Cárdenas, director de Pandeportes, confiere los estadios, dos de ellos, al uso de la pelota profesional, una liga nueva, en su mayoría peloteros dejados en libertad... cortándole el sueño a quienes día y noche se entrenan para hacer más grande el gran torneo de juveniles.
Ayer, escuchaba, en Frecuencia Deportiva, con David Salayandía, una intervención del director de Pandeportes, en la que apostaba a la pelota profesional y dejaba de lado el deporte que han disfrutado ya varias generaciones.
Una pregunta para el regente del deporte criollo: ¿Qué es más importante para usted: la pelota aficionada de juveniles o la pelota rentada, lucrada, de profesionales, donde hay muchos intereses económicos?
Una más: ¿Por qué darle su apoyo 100% a la pelota profesional y dejar de lado a los juveniles?
De acuerdo al presidente de la Federación de Béisbol, Franz Wever, se ha hablado de que los estadios de Herrera y Veraguas van a ser destinados al profesionalismo. Asesinar el sueño de los jovenes y dejar a una provincia sin el calor del verano, el béisbol, es un atentado de corte terrorista que va en contra del desarrollo deportivo de este país.
Aquí la prioridad es la juventud, el deporte masivo que aleja a los muchachos de los vicios y que entretiene a un pueblo. Aquí no se habla de quién es o será el titular de la Federación de Béisbol... aquí se habla de responsabilidad, de no dañar la tradición y de seguir mejorando un torneo que ha sido semillero de grandes profesionales y no solo eso, de hombres sanos.
¿Ahora qué será de los juveniles de Herrera y Veraguas? No habrá pelota juvenil en esos estadios... ¿? La única respuesta la tiene el director de Pandeportes y, como están las cosas, nadie se atreve a dar un pronóstico.
Viene la temporada y con ella el nuevo campeonato donde se reviven las tradiciones, emerge el campesino que no duerme con el radio pegado a la oreja, el "chiquillo" aquel, corriendo las bases en medio del campo, como el mismo "Candelilla" Aparicio.
Es único, el béisbol es pasión y amor, es nuestra vida, es la fiebre del panameño.
Ojalá no haya quienes atenten contra el sistema beisbolero y destruyan lo que generaciones han entregado a la juventud panameña, para que el béisbol sea el semillero exitoso que siempre ha sido.
¡Viva el béisbol