"Enfermedades coronaria, cáncer, osteoporosis, los degenerativos del ojo, la enfermedad de Alzheimer y las fracturas óseas son algunos de los males de los que te puedes olvidar si consumes el nivel ideal de vitaminas", asegura el licenciado Milcar Espino.
En los adultos mayores, las enfermedades son una amenaza creciente a su salud y longevidad, por lo que el consumo de vitaminas puede ayudar a protegerlos de estas enfermedades.
Para fortalecer el sistema inmunitario, los suplementos de vitamina E son valiosos en la preservación de la respuesta inmunitaria, sobre todo la medida por células en los ancianos sanos.
El ácido fólico contribuye a prevenir la enfermedad cardiovascular al mantener normal la concentración sanguínea de homocisteína. Otras dos vitaminas del complejo B (B6 y B12) también son importantes para el metabolismo. Los ancianos deben obtener las cantidades recomendadas de estas vitaminas.
De igual manera, los antioxidantes como las vitaminas C y E ayudan a prevenir la enfermedad cardíaca. La demostración de un efecto protector es más contundente con la vitamina E. Por si fuera poco, es buena para disminuir la progresión de la enfermedad coronaria en personas que ya tienen problemas cardíacos.
Una variedad de componentes nutritivos como ácido fólico, el calcio mineral, las vitaminas C y E, varios carotenoides y fitoquímicos encontrados en frutas, vegetales y otros alimentos puede ser importante en la prevención del cáncer.
Las cataratas y la degeneración macular (trastorno progresivo que afecta la retina del ojo) se pueden prevenir o retrasar con vitaminas y antioxidantes como vitamina C o E.
Por otra parte, el calcio es una parte esencial de la estructura del hueso y la vitamina D es necesaria para la absorción de calcio del tracto digestivo y para el mantenimiento de homeostasia (equilibrio o estabilidad orgánica en la conservación de constantes biológicas). Sin embargo, no son los únicos nutrientes esenciales para la salud ósea.
Las vitaminas C, B6 y K también son importantes.