Pasillos resbalosos, estacionamientos inundados y goteras en el despacho del Canciller. No se trata de un caserón cualquiera de El Chorrillo, sino del remozado edificio donde antiguamente funcionaba el Instituto Bolívar, nueva sede de la Cancillería.
Según supo Crítica, el edificio tiene defectos estructurales muy notables que han causado graves inconvenientes al personal que labora allí.
Tan grave es la situación que los niveles inferiores para estacionamientos del edificio se inundan en plena marea. "De hecho, hasta personalidades importantes extranjeras se encontraron con sus autos anegados", indicó un empleado de la Cancillería que nos reservó su nombre.
Igualmente, se conoció que en algunos pasillos se ha visto personas resbalarse debido los mosaicos nuevos. Incluso, dice otro funcionario de esa institución, que durante una reciente conferencia de jefes de misión en Panamá, "hubo varios embajadores que pisaron mal y patinaron por el piso".
También es notable la falta de cubículos de oficina para el personal que debieron colocarse durante la remodelación de la vieja estructura. Por ello, hay salones muy amplios con meros escritorios en el lugar.
De igual manera, se sabe que el despacho del Ministro Samuel Lewis Navarro "tiene defectos", como goteras y el agua entra de vez en cuando a la oficina.
La remodelación del complejo, denominado "Edificio del Centenario", ascendió a cinco millones de balboas.