La Asamblea Nacional de Diputados debe iniciar hoy las sesiones extraordinarias para aprobar el proyecto que oficializa el retiro de Panamá del Parlamento Centroamericano (Parlacen). Es un camino largo poner en ejecución esa decisión soberana de nuestro país.
Una vez se apruebe el proyecto se debe esperar al menos un año para que se concrete ese retiro. Aparte del esfuerzo a nivel local, la Cancillería adelanta gestiones con los gobernantes del área para que no objeten la decisión panameña.
Hay una realidad, el Parlacen no ha jugado el papel que se esperaba. Desde que nos afiliamos a ese organismo en los primeros años de la década del 90 la participación de nuestros representantes le han costado al fisco 30 millones de dólares.
Quizás en el futuro, el Parlacen será un ente funcional, porque sin duda el mundo camina hacia la eliminación de las barreras y la actuación en bloque, pero por ahora ese foro centroamericano genera más gastos que beneficios.
El Sistema de la Integración Centroamericana no debería poner trabas a una decisión panameña, ya que en todo caso existen otros mecanismos de relación de Panamá con los hermanos del área.
Si dentro de cinco años, otro gobierno considera que es recomendable la reincorporación de Panamá al Parlacen, entonces el país volverá a ese foro, pero por ahora, la decisión es salirnos y eso se debe respetar.