¿Ha jugado usted a la ruleta rusa? ¿Sabe de qué se trata? Es sencillamente un juego mortal que requiere de un arma y una sola munición. Los jugadores se turnan. Al que primero le toque, debe girar el área donde esté la bala y dispararse en la cabeza. Si no ocurre nada, se salvó y gana la apuesta, pero si se registra el impacto, dígale adiós a este mundo.
El ejemplo del condón es casi igual. Te lo ajustas al pene una vez has conseguido la erección total, luego te unes a la pareja y comienza el coito. Hay movimientos de placer de todo tipo, algunos de estos un poco fuertes. Tu cuerpo experimenta una sensación previa a la eyaculación. Inicia la etapa más placentera hasta que logras eyacular (hasta te pones bizco), pero cuando te das cuenta, el látex no está completo. ¿Qué ocurrió? Desde luego que no morirás de inmediato como en la ruleta rusa. Con suerte puede ocurrir un simple embarazo o en el peor de los casos te puedes contagiar tu o ella con el virus del VIH.
Hacer el amor fuera del matrimonio se ha convertido en no solo un pecado mortal, es una ruleta rusa más donde los participantes, a veces mujeres y hombres y en otras ocasiones que jamás serán aceptadas, machos con machos y hembras con hembras, se entregan a todo placer.
Las ventas del globo llamado condón por el apellido de quien lo inventó se ha disparado. Hay más gente que sale a decir: "usa condón y evita el SIDA" y muy poco se escucha: "hey, si amas tu vida y a tu esposa, únanse en una sola carne".
Si por su cabeza le ha pasado que ponerse uno de estos preservativos en una arrechura de placer será lo mejorar para seguir fornicando, vaya pensando en que en realidad lo más probable es que usted esté infectado con este virus y no lo sepa.
Lo primero que debe hacer, si descubre que tiene SIDA, es pedir perdón por su pecado y buscar a Dios; lo segundo, acuda a personas que le puedan ayudar como PROBIDSIDA.
