No hay duda que Amy Winehouse, no tiene suerte para nada. Después que se hizo los implantes de senos, le ha ido peor.
La reina del soul, tuvo que acudir de emergencia a una clínica tras ver cómo salía un líquido "horrible" de uno de sus pechos. Al parecer, Amy habría ingerido una serie de medicamentos que le ocasionaron una reacción adversa, por lo que el médico que la visitó en casa recomendó su ingreso en un hospital.
La cantante de Black to Black ya había tenido problemas con sus implantes poco después de haberse sometido a la cirugía. Aunque finalmente quedó en un susto, los testigos aseguraban que Amy gritaba: "mis pechos me están matando".