Es un pájaro, es un avión, no era José Aizprúa, de 33 años, quien ayer se trepó a la cúspide del puente de las Américas, para protestar por una excesiva pensión alimenticia que le clavó una corregidora.
Además se queja porque no le dejan ver a su hija. Al principio se pensó que era un suicida y mantuvo en vilo a las autoridades.
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