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Obispo Jorge Jiménez.  |
El arzobispo de la ciudad colombiana de Zipaquirá y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), Jorge Jiménez, y el sacerdote de la vecina localidad de Pacho, Desiderio Orjuela, fueron secuestrados por guerrilleros de las FARC en las cercanías de Bogotá.
Ambos religiosos fueron retenidos por el frente 42 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia cuando iban en un vehículo por una carretera cercana a Bogotá, informó el director de la Policía Nacional, general Teodoro Campo.
El secuestro se produjo cuando Monseñor Jiménez viajaba en una camioneta oficial del episcopado colombiano, en compañía de Orjuela, de un profesor y del chófer, para celebrar una misa en una zona rural de Pacho en la que un grupo de niños iba a recibir el sacramento de la Confirmación.
El chófer del alto prelado precisó a las autoridades que dos hombres vestidos de civil y armados con fusiles salieron al paso del auto, a pocos metros de San Antonio de Aguilera, y obligaron a los dos religiosos a internarse en el monte.
"Yo invito a los secuestradores a que examinen el pasado de Monseñor Jiménez , por lo tanto, respeten su integridad. Esperamos que le envíen al país con él un mensaje de paz, de reconciliación y de tranquilidad, que es lo que realmente necesitamos", dijo un funcionario municipal.
El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, Monseñor Augusto Castro, hizo un llamamiento a las FARC para que respeten la vida de los dos religiosos y "que los liberen cuanto antes, porque este secuestro es signo de una degradación más de todo este conflicto", subrayó.
También ayer, el Papa Juan Pablo II ha pedido a los insurgentes la inmediata liberación del arzobispo colombiano.
Importantes miembros de la Iglesia Católica colombiana se han convertido este año en objetivos militares de la guerrilla, tras el asesinato el pasado 16 de marzo del arzobispo de la ciudad de Cali, monseñor Isaías Duarte Cancino, por sicarios al servicio de una presunta alianza entre las FARC y el narcotráfico. Desde 1988, en Colombia han sido asesinados 26 sacerdotes católicos y 39 pastores evangélicos. |