En el sexo no hay límites, dice un viejo refrán. Algunas parejas panameñas están experimentando nuevos placeres, convirtiéndose en "swingers", es decir, parejas que tienen encuentros íntimos con otras. El intercambio engloba muchas actividades, juegos eróticos, reglas especiales, pero sobre todo, la discreción y privacidad.
Los "swingers" nacieron en Europa y Estados Unidos en la década de los 60, hoy en día, sus seguidores se consideran amantes de los estilos de vida liberal que les proporciona una mayor variedad sexual, la realización de sus más anheladas fantasías o la del cónyuge, o simplemente les ayuda a mejorar el sexo. El término no es nuevo en Panamá. Desde hace unos 8 años existen grupos de "swinger" que comparten actividades.
También se han creado sitios webs, donde los interesados pueden hacer contactos, hay guías para los "principiantes" y se dan a conocer las actividades especiales que se realizarán en la ciudad capital.
Sin embargo, todavía no existe un club "swinger" de intercambio funcionando como tal en el país. La mayoría de los encuentros son eventuales, fugaces y con la mayor privacidad posible, el último es uno de los principales "mandamientos" de un "swinger".
También existen normas y reglas básicas de etiqueta y comportamiento que se tienen que tomar en cuenta, según se explica en swingerpanama.com.
"Después que han disfrutado de una velada con aquella pareja es bueno dejarles saber qué tanto lo han disfrutado y, aun mejor, llamarlos unos días después o enviarles una tarjeta, expresándoles nuevamente lo mucho que disfrutaron conocerlos y estar con ellos, darles un poco de retroalimentación hace que todos se sientan especiales y apreciados".
Las normas que siguen son específicas. Nunca se debe intentar dividir a una pareja o matrimonio, nadie está atado a nadie, nunca se debe presionar a la pareja para el "swinging", pero sobre todo se debe proteger el anonimato de otros "swinger".