¿Usted no pondría neumáticos de bicicletas a su camión de trabajo, verdad? Pues, persígnese compadre, porque algo parecido a este desbarajuste, lo está padeciendo el Estado democrático panameño, porque funcionarios con problemas evidentes y algunos demasiado ineficientes no renuncian, ni son removidos de sus cargos.
Desconocer que la responsabilidad política, es una pieza insustituible y de necesario uso, cada vez que se revise la marcha del país, es mucho riesgo. No poner a funcionar al Estado con ese elemento irremplazable que conocemos como la responsabilidad política, nos llevará rumbo hacia un estercolero moral, de impredecibles consecuencias y de donde difícilmente saldremos sin atollarnos hasta el cuello.
Va siendo hora de contar con gente excelsa, con personas decentes, o sea, con funcionarios del Estado, que se atrevan a responder con la renuncia inmediata por ausencia de resultados, "cabreación", faltas a la ética o acusaciones graves. Jamás esperar a que sean condenados o absueltos. La justicia definirá la responsabilidad penal, elemento que nada tiene que ver con la responsabilidad política del funcionario o de sus jefes.
Yo le pregunto a ustedes: ¿qué es lo que falta en el Estatuto de los partidos políticos panameños o en el Tribunal electoral, para que un colador escoja dentro de miles de inscritos a los mejores ciudadanos, así como lo hacen los chinos y que la democracia o el totalitarismo, no sean una tiranía de los más bellacos? O será cierto ese cuento que Cristo dijo al irse: "Me voy, ahí les dejo, para que los más vivos, vivan de los más pendejos".
Los políticos "cara dura", dicen que renunciarían, solo cuando en sentencia ejecutoriada los condenen por un delito. Lo que resumido significa no importarle con el país ni con sus copartidarios, pues alguno de ellos podría resultar una pieza genuina con honor y responsabilidad política no les parece.
