La XVI Cumbre Iberoamericana sesionó el sábado con sólo 14 de los 22 presidentes o jefes de estado presentes, la menos concurrida de la historia, y a no mediar sorpresas de última hora concluirá con un pedido a Estados Unidos para que "reconsidere" la construcción de un muro en la frontera con México y un compromiso para impedir la estigmatización y abuso de millones de migrantes en la región.
El "Compromiso de Montevideo" aprobado por los cancilleres de la Cumbre iberoamericana, que deberá ser ratificado por los jefes de estado del sistema, establece que las remesas que envían los emigrantes a sus países de origen "no deben ser catalogados como ayuda oficial al desarrollo".
"Son (las remesas) flujos financieros privados, de solidaridad familiar, y responden al derecho de todo ser humano de asistir de modo individual al sustento y bienestar de otras personas", expresa el documento.
"Este derecho debe ser reconocido y salvaguardado, al igual que el derecho de los destinatarios a recibirlas. Los Estados deben abstenerse de promulgar disposiciones legislativas o adoptar medidas administrativas coercitivas, que puedan obrar en detrimento de este derecho, agrega el "Consenso".
También en el documento final de la cumbre habrá una crítica al bloqueo estadounidense contra Cuba, un respaldo a la lucha antiterrorista dentro de la ley, un llamado en favor de la igualdad de derechos para las mujeres, y al proceso de paz en Colombia y al reclamo argentino para que Gran Bretaña acepte negociar el tema de la soberanía sobre las islas Malvinas.
DINERO PARA POBRES
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) durante el año 2005 llegaron a la región de América Latina y el Caribe por este concepto más de 54, 000 millones de dólares desde el resto del mundo, y anticipa que para el año 2006 se alcanzarán los 60, 000 millones.