El primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, impuso un "toque de queda indefinido" en Bagdad y las provincias de Salahedin y Diyala, en previsión de actos de violencia ante el posible anuncio del veredicto contra el depuesto presidente, Saddam Hussein, que podría ser hecho público este domingo.
Hussein y siete de sus ex colaboradores son procesados por su presunta responsabilidad en la matanza de 148 chiitas de la localidad de Duyeilen 1982. En caso de ser hallado culpable, Hussein podría ser sentenciado a la pena de muerte.