Da lástima ver el poco fervor patriótico de muchos panameños. Escasos son los comercios que tienen sus vitrinas adornadas con motivos propios de las fiestas patrias.
Igual se pueden contar los vehículos que han desplegado el tricolor nacional en sus ventanas o parabrisas.
No es posible que los panameños prefieran exhibir una bandera del Real Madrid o el Barcelona, que el pabellón nacional.
De igual forma, los comercios promocionan más el Halloween, cuando Panamá tiene una cantera de tradiciones, leyendas, colores y música.
Como es posible que muchos se dejen hipnotizar por una fiesta tan lejana y fatua como el halloween. Se le acepta a los europeos y americanos anglosajones, descendientes de aquellos sacerdotes druidas que en un tiempo pretérito celebraban que Saman, Dios de los muertos, invocaba y reunía a los malos espíritus para examinar los acontecimientos del futuro.
Pero la conmemoración de nuestra independencia, y de nuestra liberación, no puede y no debe por ninguna razón ser aplastada por giros culturales ajenos, que lo que más hacen es distorsionar nuestra identidad y nuestro amor por lo propio.
Por eso hoy más que andar pensando en fiesta de brujas, hay que prepararse para rendirle tributo a la patria.
Debemos recordar que somos panameños, y que gozamos de una variedad de tradiciones que bien podemos comenzar a poner en práctica. Sientan orgullo de ser panameños!