(Continuación de la columna BOMBARDEOS del periodista de la época TORPEDO)
(DIARIO DE PANAMÁ. Domingo, noviembre 2, 1930)
Amante de la historia, admirador de los vestigios que dejó en nuestro suelo el coloniaje español como una demostración de pujanza que esta raza que tiene hervores de volcán en la sangre, se ha dedicado a recoger en un álbum que verá la luz próximamente.
Los cuadros trazados a pluma que adornan esta página y otros más que han publicado "La Estrella" y "El Gráfico", acompañados de nuevas producciones que aún no nos ha dado a conocer porque quiere sorprendernos con los mejos (sic ) de su colección folklórica. ¡Salud, amigo y compañero!
No será esta amable tierra indiferente con el artista venido de lejanas playas para dejarnos como el más grato recuerdo en vísperas de continuar su peregrinaje por tierras de América estos cuadros evocadores que saturan el alma de un suave perfume, a vuestros ojos del esplendor de aquellos tiempos en que el sol no se ponía en los dominios de España.
Torpedo
Aguilera Malta, propulsor del folklore panameño
El arte popular panameño está de plácemes con motivo de la próxima aparición de un volumen de dibujos a pluma del cual es autor el joven intelectual ecuatoriano, Demetrio Aguilera Malta.
La obra que está casi al terminarse en el taller de encuadernación de "La Estrella de Panamá" es una verdadera joya digna de admirarse, tanto en el valor artístico que en sí encierra, como por el conjunto admirable de los trabajos en ella ejecutados.
El que abra ante su vista uno de esos álbumes, tiene que sentirse sorprendido al ver impreso allí, con un realismo maravilloso, las obras coloniales que abundan en nuestra capital y los rincones típicos que aunque han perdido ese tinte criollo que es la manifestación más genuina del alma nacional.
Con la obra de Aguilera Malta, el folklorismo panameño ha salido de ese letargo en que se encontraba. Ha adquirido una de sus manifestaciones más preciadas, como lo es el trabajo a pluma de nuestros monumentos, de nuestras cosas íntimas.
Aguilera Malta ha sabido darle al arte criollo lo que necesitaba: vida, impulso, y lo más esencial, darlo a conocer del mismo pueblo de donde ha sido sacado y que ignora el valor que ella representa para la vida de una nacionalidad.
Él, peregrino de la idea, llegó a nuestras playas, se puede decir de tránsito, pues su rumbo era hacia otros horizontes. Pero siendo como es un espíritu observador, se dio cuenta inmediatamente de que aquí había un campo virgen y pensó cultivarlo.
Tendió su tolda entre nosotros dando comienzo a su labor, con fe, con cariño, con entusiasmo y paciencia que muchos le envidiarían. Y esos dones unidos a la habilidad prodigiosa de Aguilera Malta lo han llevado a conquistar los lauros del positivo éxito que ha tenido entre nosotros.
(Este artículo del cronista G. Martínez Jr. continuará en la próxima entrega.)