El bebé llora incansablemente sin ninguna razón aparente. La madre lo consiente, pero nada parece calmarlo. La angustia de los padres aumenta y nadie sabe bien qué hacer.
Lo que muchos desconocen es que los bebés, es sus primeros meses de vida, son susceptibles de padecer lo que se conoce como "cólicos", una fuerte molestia que se suele manifestar en llanto por más de tres horas diarias, por más de tres días por semana y por más de tres semanas, en niños sanos y bien alimentados, inclusive.
El propio temperamento del bebé, la ansiedad de la madre o su interacción inadecuada con él, el funcionamiento gastrointestinal anormal, reflujo gastroesofágico, estreñimiento, deficiencia relativa de lactasa y reacciones alérgicas por exposición prolongada a la proteína de la leche de la vaca, pueden ser los causantes de cólicos infantiles.
Además de factores agravantes como alergias alimentarias (especialmente a fórmulas lacteadas y con soja), tracto digestivo inmaduro, estrés emocional, nervios en general y vacunas.
NUEVA OPCION
Para disminuir la incidencia de esos molestos cólicos infantiles se han creado nuevos productos con probióticos L. Confortis que han demostrado la capacidad de reducir las infecciones y la diarrea en los niños, además tienen efectos inmunomoduladores contra las alergias generadas desde el nacimiento hasta los 12 meses de edad.
Esto se debe a que los probióticos son también una buena opción para tratar los cólicos en niños. La composición de la flora intestinal del intestino de los bebés que tienen cólicos es diferente de la de los niños sin cólicos. Los probióticos añaden bacterias benéficas en el sistema digestivo y pueden ayudar a volver el sistema digestivo a su estado normal.
OTRAS OPCIONES
Los resultados mejoran si puedes difundir en el aire un aceite de aromaterapia (con un difusor de aceites esenciales), calmante como la camomila y la lavanda (5 gotas de aceite de camomila con 10 gotas de lavanda). También puedes probar la acupresión, que trata ciertas partes del cuerpo al hacer presión en ciertos puntos del cuerpo. En el caso de los cólicos, se trata de estirar suavemente los lóbulos de la oreja.
Otra gran idea es buscar un terapeuta osteópata o quiropráctico pediátrico que pueda ajustar suavemente los huesos de tu hijo.