En la noche del 30 de octubre de 1974, "el más grande" regresó.
Ocurrió hace 35 años en un cuadrilátero instalado en el estadio "20 de mayo" (hoy, "Tata Raphal") de Kinshasa, la capital del entonces llamado Zaire, que cambió en 1997 a República Democrática del Congo tras el derrocamiento del dictador Mobutu Sese Seko.
En las esquinas, Muhammad Alí y George Foreman. Pelea por el título, combate del siglo, peso pesado de 32 años contra peso pesado de 25, un choque de trenes en perspectiva. Una estrella en descenso que quiere demostrar que todavía brilla y un astro en ascenso que aspira a ocupar el trono del más grande.
Allí están los dos boxeadores más famosos del mundo, en la tierra africana de sus antepasados, listos para pegarse ante una audiencia planetaria a cambio de cinco millones de dólares por cabeza, ofrecidos por el promotor Don King, todavía poco conocido.
King no tenía el dinero para organizar la pelea. Mobutu aceptó montarla.
Gran favorito, pero... Foreman defiende el título, es el favorito en las apuestas y está convencido de que lo retendrá. Alí es el ídolo de los congoleños y se había proclamado campeón del mundo por primera vez en 1966, título del que fue desposeído por negarse a enrolarse para luchar en la guerra de Vietnam. Regresó a los cuadriláteros en 1970. Cuatro años después, ahí está en Kinshasa, reiterando que es el mejor y prometiendo "guerra, guerra, guerra".
Ese 30 de octubre, en el "20 de mayo", alrededor de 120.000 espectadores calientan el ambiente.
Consciente de que Foreman tenía una pegada superior a la suya, Alí tiene otro plan.
El plan de Alí fue todo un éxito. Con Foreman agotado en el octavo asalto, conectó una combinación de golpes que tumbó al campeón. El pugilista que había desafiado al Gobierno estadounidense negándose a luchar en Vietnam, recuperó la corona, al ganar por KO a los 2: 58 del octavo.
MUHAMMAD ALI: NUNCA LO NOQUEARON 56-5
Muhammad Alí debutó en 1960 y se retiró en 1981 acumulando un récord profesional de 56-5 con 37 ko's.