La suerte no estuvo de su lado, pero la muerte sí. Joseph Antonio Solís Murillo jugaba una partida de dominó con vecinos en el sector de Transportes y Talleres, en Curundú, pero desde la penumbra salieron dos tiros que lo alcanzaron en la cabeza.
Los gritos, el pánico y la confusión se apoderaron de los jugadores, quienes socorrieron a Joseph, y en un patrulla lo trasladaron al Hospital Santo Tomás, donde la muerte le ganó la partida.