El pasado 23 de octubre, al cumplirse tres años del incendio del autobús en La Cresta, un grupo simbólico de familiares de las víctimas de aquella tragedia caminaron al sitio del accidente. Las caras tristes, los corazones azules y la esperanza de mejorar el transporte público en Panamá fueron la nota en los eventos protocolares que recordaron ese fatídico día.
Sin embargo, los usuarios de los denominados "Diablos Rojos" no dudaron de demostrar su desconfianza a las promesas del Gobierno actual en modernizar el anacrónico sistema de transporte que posee la Ciudad de Panamá.
Pese a la desconfianza existente entre los usuarios, creo conveniente afirmar esta vez que no debemos ser como Santo Tomás (aquel que dijo la frase "Ver para creer" cuando Jesucristo se apareció a los apóstoles). Tengo la fe de que, en esta ocasión, el Gobierno del presidente Ricardo Martinelli logrará por fin modernizar el transporte.
El día antes de la conmemoración del 23 de octubre, el ministro de la Presidencia, Jimmy Papadimitriu, anunció la convocatoria de una licitación abierta para otorgar dos concesiones de rutas de autobuses en la Ciudad de Panamá. El funcionario aseguró que, en dos meses, las empresas interesadas deberán entregar sus propuestas y en el mes de marzo de 2010 se anunciará los ganadores de las compañías que administrarán y operarán las rutas de buses capitalinas.
Un gran paso, cosa que me interesó mucho, fue el ahorro de B/100 millones por parte del Estado, puesto que la modernización la realizarán las empresas que ganen la concesión. Otros dos puntos interesantes fueron la indemnización a los transportistas y a los usuarios, además del posible aumento de pasajes.
Sobre las indeminzaciones, es justo que se le pague al transportista que quiera brindar un mejor servicio a los pasajeros; pero aquellos choferes involucrados en los accidentes de tránsito en los que murieron usuarios no merecen ni un centavo.
Otra recomendación es que consideren un aumento general de salarios, en el que la empresa privada estime incrementar hasta B/500 la paga de los trabajadores, empleados y demás colaboradores de las entidades. Si se piensa incrementar el pasaje del transporte público, este debe ir de la mano del salario mínino. En Panamá, uno de cada tres ciudadanos es pobre y no podrá siquiera pagar los 40 ó 50 centavos del costo del pasaje.
Todo lo anterior indica, según el Gobierno de turno, que a mediados de 2010 tendremos los nuevos autobuses circulando en la Ciudad de Panamá, con aire acondicionado, con entradas y salidas especiales para los pasajeros y con un servicio rápido, regularizado. Lo ideal será que también este sistema de autobuses será complementario al futuro tren urbano o "Metro de Panamá".
Aún falta algo: que el ciudadano, el usuario del transporte, también ponga de su parte. Para hacer realidad la modernización del sistema de autobuses toma tiempo. Se necesitará paciencia de los usuarios.
Todos los panameños debemos respaldar al Gobierno, para que dentro de poco se cumpla la promesa de un transporte digno y seguro para el usuario. Esa será una realidad que llegará un poco tarde, pero llegará.