La excavación de la tierra se hará lo más justa posible, calculando la consistencia; sobre la excavación puede colocarse metal desplegable o alambre tejido, aunque no es del todo necesario en estanques chicos. La mezcla se volcará tratando de que penetre en todos los intersticios y llene los huecos para formar una losa única que debe quedar lo más rugosa y áspera posible, para que la segunda capa de cemento y arena tome bien y se una perfectamente.
Luego se formará la gruta y los apartados para arena y plantas, dejando entre ellos el camino que conducirá a las entradas de la gruta.
Las paredes del estanque pueden hacerse de cemento, mediante un encofrado de madera, usándose en lugar de piedra casco el espesor del cemento y ladrillos. La tierra de fondo se apisonará, lo mejor que se pueda, para evitar rajaduras si el terreno cede por filtración de agua.
El secreto del éxito al construir un estanque reside en el cuidado con que se mezcle y se coloque el cemento armado. La mezcla por sí sola es importante y debe contener materias primas de buena calidad, muy buena arena y cemento portland seco, que no haya recibido humedad anteriormente.
Luego que el agua se haya clarificado y se considere completamente limpio el estanque, se vaciará para colocar la arena y las plantas, y luego se llenará en forma lenta, dejando que el agua y las plantas completen su purificación. Recién entonces se colocarán los peces, los cuales encontrarán un ambiente sano y amplio como para vivir sin mayores peligros.