Los delincuentes locales han demostrado en las últimas semanas, una gran afición por los restaurantes de comida rápida.
Pero esa afición no se debe a que les encante el menú que ofrecen las distintas franquicias, sino a la aparente facilidad con que pueden hacerse con el dinero y otros bienes de esos locales.
Los maleantes que le tenían la medida puesta a Kentucky Fried Chicken le dieron un respiro en las últimas horas, pero esta vez la enfilaron en contra del famoso marino Popeye, a cuyo restaurante que lleva su nombre en la Plaza Mirage, en la vía Ricardo J. Alfaro, en el corregimiento de Betania, le hicieron una no agradable visita la noche del miércoles.
Los facinerosos no tiene límites y llegaron vestidos como recolectores de basura por lo que no llamaron la atención de los dependientes que pensaron que eran unos clientes.
Aunque no se especificó el monto de lo robado, una fuente estimó que podría estar por encima de los dos mil dólares.