Tal como lo anunciaron, los 39 educadores del Centro Básico General de Quebrada de Loro, en la comarca Ngöbe Buglé; aprobaron una medida de paro, ante la carencia de infraestructuras adecuadas para dar clases.
La medida ha sido apoyada por la Asociación de Padres de Familia del plantel educativo, al decidir no enviar a sus hijos a clases.
A esta escuela asisten unos 600 alumnos de los niveles de primaria y pre-media, de la etnia indígena Ngöbe Buglé.
Los educadores han manifestado su oposición de seguir dando clases en aulas cuyas paredes son de hojas de zinc deterioradas, con pisos de tierra y mobiliario en malas condiciones.
Los estudiantes tienen que soportar el intenso calor que provoca este material (zinc) producto de los rayos solares. Mientras que cuando llueve, la situación es más caótica porque el agua lluvia entra a los salones y se mojan todos.
De igual forma, otras estructuras como los dormitorios donde se hospedan los docentes que vienen de otros lugares carecen de seguridad.
Severo Bejerano, presidente de la Asociación de Padres de Familia, manifestó que desde el año pasado las autoridades del MEDUCA les prometieron que les iban a construir tres salones de clases, pero la promesa se la llevó el viento porque no les han cumplido.