El pájaro negro, el Coligrande, el Chango (en Panamá) científicamente nombrado como Mexicanus Cassidyx, es el más abundante en nuestro país. Esta ave depredadora, no solamente se ha convertido en una molestia pública peor que nuestro gobierno, si no que ahora ataca y reprime ferozmente a especies nacionales como: azulejos, bim bines, pericos y tortolitas. Hasta ahora, los únicos que se defienden de las emboscadas de estos malignos, son los sinsontes pero a veces pierden una que otra batalla como la presenciada por el amante de la naturaleza José Brown.
José Brown es un jubilado de NY, retornado a la felicidad de Panamá, que indignado decidió comprarse una potente escopeta de pelex, para acabar con los changos, todo por la impotencia que sufrió la semana pasada, cuando observó frente a su residencia de Brisas del Golf, como una banda de "talingos", acabó cruelmente con la vida de uno de los críos de sinsontes (ruiseñores en Puerto Rico), que habían anidado en la isleta frente a su casa. El pichón apenas encañonaba, los changos hicieron tal escándalo publicitario parecido al Tsunami del SI, que horrorizaron a la barriada con electrizantes chasquidos (Chack, Chack, Kaccc!!), para que en menos de cinco minutos se colmaran de pájaros oscuros las alambradas del tendido eléctrico.
El amigo JBG y su esposa Betty, aún tienen el corazón partido y es que por años mantuvieron agua y comederos para pájaros en N.Y. y ahora lo hacen acá en Panamá, donde llegan muchas especies a despertarlos. Cometimos el error en decirle a los esposos Brown, que el tatarabuelo de ese pajarito muerto, fue ocupado en una de las poesías de Ricardo Miró: "Ante el dulce deliquio que le miente la Luna, riendo del cristal del lago, hunde el pico en el agua transparente y se bebe la luna trago a trago". –Que lío me he buscado, ahora en cada encuentro me ruega delante del que sea: -Please, recita la poema del pájaro!-