El Instituto Nacional se convirtió ayer en campo de batalla por los enfrentamientos entre alumnos y antimotines. La manifestación terminó en vandalismo, robo y desorden público, lo que motivó la suspensión de clases y el arresto de 15 aguiluchos.
Laboratorios, salones, puertas, sanitarios, biblioteca, enfermería, oficinas administrativas y hasta el robo de dinero en efectivo y tarjetas de crédito de una supervisora del Ministerio de Educación, fueron parte del saldo negativo. Los daños aún no han sido cuantificados, pero se presume que oscilan en más 35 mil dólares.
Una madre de familia acusó a los policías del estado de salud de su hijo y otros jóvenes que inhalaron los gases. La mujer gritó improperios contra los uniformados, pero un oficial le cuestionó qué si ese era el ejemplo que ella le daba a sus hijos.