Apareció.. pero muerto.
El hedor de la muerte se apoderó de las cercanías del exclusivo sector Coco del Mar, en San Francisco.
Ayer, lunes, no era la bahía de Panamá la que apestaba. Se trataba de los restos mortales de un adolescente que flotaba al ritmo de las olas.
El cadáver estaba tieso, con las manos en posición hacia arriba, excoriaciones en la piel, las piernas un poco abiertas, y un orificio en la nuca que puede ser compatible con impacto de arma de fuego. Vestía un suéter negro, pantalón corto azul y zapatillas blancas.
La identidad del joven era un misterio hasta el cierre de edición. Nadie ha interpuesto denuncia de persona desaparecida.
Las autoridades determinaron que se trata del mismo que fue baleado la tarde del sábado cerca al puente de Punto Oriental, en Samaria, San Miguelito.
En el barrio nunca lo habían visto. Dicen los testigos que el criminal le disparó y lo empujó al río. La corriente estaba crecida y lo arrastró hasta la bahía.
Desde ese día los rescatistas del SINAPROC iniciaron la búsqueda. El domingo creían haberlo encontrado en Amador, sin embargo, era otro ejecutado. Finalmente lo hallaron, pero sin vida, ni nombre, ni familia que lo reclame.