El mundo celebró ayer el Día Internacional del Adulto Mayor. En el planeta hay más de 600 millones de personas que superan los 60 años de edad.
En Panamá, casi el 9 por ciento de la población se incluye en el segmento de la Tercera Edad. Sin embargo, ahora con los adelantos de la ciencia y la medicina, las personas son más longevas por lo que hay que alentar y promover un envejecimiento productivo.
Y no hay duda que la atención médica y la alimentación juegan un papel fundamental en el alto grado de longevidad. Un ejemplo claro es nuestro país, donde en las zonas urbanas la esperanza de vida es 76.4 años en contraste con zonas indígenas como las comarcas Ngobe Buglé y Emberá.
Al analizar las esperanzas de vida, también se refleja que las mujeres panameñas tienen una mayor esperanza de vida que los hombres. Es decir, las mujeres viven cinco años más que los hombres.
Lo cierto es que el nivel de productividad de algunas personas que ya están en el grupo de la Tercera Edad supera a la de muchos jóvenes. Rara vez usted observa a un hombre o mujer que supera los 60 años lamentarse por el exceso de trabajo; en cambio muchos jovencitos pareciera que nacieron cansados.
En su propio hogar usted puede observar a su señora madre que trabaja incansablemente en las labores domésticas, sin tomar descanso, sólo cuando llega la noche.
El secreto de la gente de la Tercera Edad es que para ellos las cosas no fueron tan fáciles como para la generación actual. Había que trabajar duro y aún en esta fase de su vida no disminuyen su accionar, porque saben que la actividad constante es el mejor ejercicio para mantener una buena salud y así vivir muchos años.