Quedar embarazada es para muchas mujeres la bendición más grande que se puede experimentar, sobre todo porque se presenta un mundo de ilusiones con ese nuevo ser que dará luz al hogar.
Pero, cuando la barriga va creciendo con los meses, existe mucha incertidumbre para la nueva mamá, sobre todo si es primeriza.
Y es que con el embarazo, sea que se espere una niña o un niño, son varios los cambios que experimenta el cuerpo, claro hay que destacar que no a todas las mujeres les pasa igual.
Quizás uno de los fenómenos más temidos durante los meses de embarazo es la aparición de estrías, aunque si se recurre al uso de cremas que la eviten, se puede llegar a terminar el embarazo de forma agradable. Se han dado casos de mujeres que quedan sin una marca en su vientre luego de dar a luz. Claro, eso también obedece al cuidado (alimentación, ejercicios y una vida sin sobresaltos).
Una cosa sí es cierta, la espera de un bebé involucra cambios a los que usted debe adaptarse, entre ellos:
Mayor soporte: El busto y el abdomen son las dos zonas que más resienten el embarazo. Entre las 6 y 8 semanas empieza a sentir en sus senos aumento de tamaño, molestia y congestión. Esto es porque los senos se preparan y almacenan grasa adicional para producir leche en la lactancia. Por eso debe emplear sosténes que aprieten lo menos posible esta zona. Ahora, si duelen debe consultar con su médico, aunque es normal que se muestren más sensibles por el estado en que se encuentra. Esa sensibilidad desaparece, por lo general, después de los tres meses.
Cambios de color: Con tantas alteraciones hormonales, algunas partes de sus senos cambian de pigmentación. Las areolas se vuelven de color café oscuro, pero se aclaran después del parto, aunque no del todo.
Secuelas del embarazo: Una de las principales dudas de toda mujer embarazada es si su busto volverá a ser el mismo que tenía antes del embarazo o no. Pero no hay forma de saberlo, algunas mujeres conservan los pechos grandes del embarazo, en otras sus senos quedan pequeños y flácidos. Sin embargo, la lactancia no tiene la culpa de la pérdida de firmeza, los responsables son los cambios de peso durante y después del embarazo.
En fin, son varios los cambios, pero si después del parto no está conforme con su figura, después de un tiempo puede optar por alguna cirugía, eso sí, si no piensa volver a embarazarse, aunque también puede apoyarse en los ejercicios.