Hay cinco Juegos Regionales importantes en el mundo. El Gobierno de Panamá se antojó de solicitar y logró la sede de los Juegos Centroamericanos y ahora los Bolivarianos, precisamente los dos acontecimientos deportivos de menor importancia en el área. Cada nación que pide la sede lo hace fundamentado en su potencia deportiva. Pide la sede pensando en ganar los Juegos, en Panamá lo hacen con objetivo político. Se asegura, así piensan, que una sede trae en el bolsillo la reelección política y sirve como escalón presidencial. Los Bolivarianos han tenido dueños desde que nacieron. Han sacado provecho de esas competencias Venezuela y Colombia. Desde 1938 han sido los ganadores de estos Juegos, lo más alto a lo que ha llegado nuestro país, es un segundo lugar...
Compartimos la posición del profesor Luis Celis cuando dijo: "Que no es necesario hacer unos Juegos Bolivarianos para construir unos coliseos deportivos". Los Juegos han tenido un costo estimado en 250 millones de balboas.
A nuestro juicio, faltando unos cuantos años para el inicio de los XVII Juegos Bolivarianos, nuestros dirigentes deben iniciar su preparación a través de una reestructuración de todo el deporte. Pensar en que el país queda bien solamente como nación anfitriona es un error oceánico. Hay que estimular a nuestra afición y a nuestros atletas con triunfos, no podemos salir a la cancha a perder. Tenemos que ganar las competencias y ser buenos anfitriones. En las filas gubernamentales están convencidos de que el éxito de los Juegos Bolivarianos los lleva directo a la presidencia. Están bien equivocados.