Hace poco, la ministra de Educación, Lucy Molinar, aseguró que los dirigentes magisteriales únicamente piensan en el dinero, que sólo les interesa alcanzar conquistas económicas.
Duras y contundentes las palabras de Molinar, pero muy ciertas. Ya casi no se ve a los dirigentes magisteriales defendiendo las causas de humildes educadores que son despedidos a "diestra y siniestra", con la llegada de cada gobierno.
Los dirigentes educativos mantienen una indignante pasividad cuando se trata de defender las conquistas, labores, despidos injustificados y mejoras al sistema educativo, parecen terneritos mansos en un corral.
En otro tiempo, declaraciones como las de la titular de Educación exaltarían los ánimos de estos líderes y mínimo exigirían disculpas públicas a Lucy. Pero esto no será posible porque se ha perdido la mística, los principios y porque el movimiento magisterial se ha politizado.
Hoy no se sabe a ciencia cierta si los dirigentes magisteriales y los sindicalistas son de izquierda o de derecha. Profesan y predican a favor de medidas socialistas, pero viven como burgueses y capitalistas.
Con malvado deleite, estos líderes populares acusan a los Gobiernos de implementar medidas neoliberales que afectan al pueblo, mientras ellos, viven en casas lujosas, visten ropas de marca, se pasean por las calles y avenidas en hermosas camionetas "full extras" y degustan deliciosos manjares en exclusivos restaurantes.
Su verdadero yo no es el que proyectan en los medios masivos de comunicación ni en los auditorios cuando arengan frente a sus barras bravas, en su verdad más íntima, son lo que su gran cuenta bancaria y estilo de vida reflejan.