El Tratado de Promoción Comercial (TPC) seria efectiva herramienta de desarrollo que por años hemos estado procurando los panameños de todos los sectores, gobierno tras gobierno. Hasta hace poco su ratificación por parte del congreso norteamericano lucia promisoria, con lo bueno que ello conllevaría para el país.
La aprobación del TPC en EU ha sido puesta en riesgo con la elección del diputado Pedro Miguel González como presidente de la Asamblea. Esto no es especulación, es una realidad manifiesta; debemos reconocerlo y ponderar con responsabilidad lo que más convenga al interés nacional y al bien común.
La elección de González fue soberana, pero también fue una soberana equivocación, con cuyas consecuencias previsibles debemos lidiar responsablemente. Los panameños debemos aprender a reconocer nuestros errores y enfrentarlos en forma objetiva, proactiva y desapasionada.
NO procede que González renuncie como presidente ante presión interna y mucho menos externa; grave sería la herida a la majestad de la Patria. Su dimisión, en tal caso, tendría que obedecer a profunda reflexión, que lo lleve a adoptarla en los mejores intereses del país, por convicción y en forma coherente con sus declaraciones el día que aceptó el cargo.
No abusemos del concepto de nacionalismo o no nos arropemos con él por fines políticos o personalistas. Soberanamente nos equivocamos y hemos arriesgado algo bueno para el desarrollo humano y social de los panameños que menos tienen. La pobreza es también una de las principales afrentas a la institucionalidad democrática, y el TPC es una herramienta para superarla.
Para nosotros el diputado González ha de ser considerado inocente, máxime cuando ha sido absuelto por nuestros tribunales. Pero entendamos que para algunos en EU seria también una posición nacionalista oponerse a la promoción de relaciones con un país cuyo presidente de la Asamblea es considerado, desde la jurisdicción norteamericana, una persona acusada de asesinar a uno de los suyos.
Esto nos lo han hecho saber sus principales voceros casi que a petición del propio González, quien en su discurso de aceptación anunciaba su posible dimisión de considerarse un obstáculo para la ratificación del TPC. Pues bien, le contestaron que SI representa un obstáculo para ellos.