Durante cualquier práctica sexual, sea ésta la que sea, nuestros oídos se deleitan con suspiros, jadeos, murmullos, palabras entrecortadas y señales que muestran que nuestro placer es intenso.
En la mayoría de las ocasiones, no sólo contribuye a nuestro placer sino que también contribuye a aumentar el placer del otro, ya que es una de las maneras de comunicar qué es lo que estamos sintiendo.