Cuando se inflaman las arterias de piernas o brazos se dificulta el movimiento y, tras unas horas de reposo, éste puede recuperarse; no obstante, cuando se hinchan las que circundan las sienes el riesgo es mayor, pues la posibilidad de quedar ciego está latente.
El problema de inflamación de arterias se denomina arteritis, y particularmente los vasos que refieren a este caso reciben el nombre de temporales, los cuales están ubicados por detrás de las orejas y llegan a las sienes. Se presenta con mayor incidencia en personas que superan los 50 años de edad, y su origen se asocia entre 50% y 90% de los casos con polimialgia reumática, enfermedad del aparato locomotor que se caracteriza por intensa rigidez en ambos hombros y caderas y, menos frecuentemente, en el cuello y zona baja de la espalda; generalmente se acompaña de dolor, en ocasiones muy intenso. Los síntomas se acentúan después de periodos prolongados de reposo, como al despertar por la mañana.
La causa exacta por la que se presenta polimialgia reumática es desconocida, pero todo apunta a que se debe a anormalidades del sistema inmunológico (el que protege de infecciones) y, en personas mayores, a la degeneración de células característica del envejecimiento. Las investigaciones también toman en cuenta factores hereditarios e incluso de raza, pues resulta más común en personas de piel blanca y ocurre el doble de veces en mujeres que en hombres.
DOLORES Y RIESGOS
Retomando la arteritis temporal, no resulta extraño que el paciente presente desgano, falta de apetito y fiebre, siendo la cefalea (dolor de cabeza) la característica más notoria -cuando esto se presenta se pueden palpar las arterias temporales inflamadas y duras-. No será raro que las mandíbula también se endurezca y que se dificulte masticar, pero el mayor de los riesgos es la posible pérdida de visión, que se produce por la afectación de las arterias que irrigan el nervio óptico. Por otra parte, dado que se trata de una afectación en la circulación sanguínea en la cabeza, pueden llegarse a presentar problemas de consideración, como cardiopatía isquémica (alteración de los músculos del corazón por falta de oxigenación), accidente cerebrovascular (ruptura de vasos sanguíneos), aneurisma aórtico (debilitación de las paredes de la aorta).